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CINEMATECA DE CUENCA

​PROYECTO

De la nostalgia a la cimentación


¿Se puede construir una cinemateca local desde la nostalgia? Posiblemente. Pero como contrapeso es mejor trazar las bases, algunos antecedentes y ciertos mecanismos concretos. Arranquemos con la nostalgia para luego explorar los otros puntos.


I. Nostalgia

Desde finales del siglo pasado y apenas entrado en el nuevo milenio, me dirigía ocasionalmente al subsuelo del Museo Pumapungo. Allí se emplazaba una videoteca con un formato ahora cada vez más en desuso. Había que inspeccionar manualmente en un mueble archivador las fichas del catálogo que contenían información sobre las películas que constaban en la reserva para enseguida proceder a llenar en un pequeño formulario y entregárselo a la encargada. Recuerdo que, en efecto, una mujer era la responsable del lugar. Casi de inmediato, regresaba ella con un videocasete donde se enrollaba el filme que uno deseaba ver,  acto seguido me invitaba a pasar a la sala de proyección.

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Unos cuantos cubículos con televisores y reproductores VHS estaban dispuestos para el consumo y disfrute audiovisual del, muchas de las veces, solitario espectador, como era mi caso. En ese lugar pude ver unas cuantas cintas: nítidamente recuerdo que vi El Decameron de Pasolini, Amores Perros de González Iñárritu, Eréndira de Ruy Guerra, entre otras. Encerrado en un pequeño cubículo dentro de un subsuelo de un monumental inmueble –que otros llaman cubo blanco o elefante gris– permanecía horas embelesado frente una pantalla de un televisor que reproducía una cinta de VHS. Me encontraba así convertido en un habitué de la videoteca que, visto desde la remembranza, era para mí una suerte de Cinemateca.


II. Antecedentes

Una década después, Eduardo Ulloa, un buen amigo y cinéfilo, en su perfil de funcionario público en el ámbito de la gestión cultural dentro del Museo Pumapungo, me comentó en una ocasión que en la reserva de la vieja videoteca –en ese mismo nostálgico subsuelo– reposa material valioso. Con cierta discreción y entusiasmo, Eduardo me hizo saber de un proyecto de restauración y digitalización de ese material para, en forma de filmoteca, disponer aquel patrimonio audiovisual al público. Trabas administrativas, humores y genios de ciertos funcionarios o responsables de instituciones públicas, también una falta de visión de esas mismas y otras autoridades, pero ante todo por falta de presupuesto económico, sumieron aquel proyecto al deseo más no al olvido. Desde ese tiempo, la idea de una Cinemateca de Cuenca quedó proyectándose en mi cabeza.

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En el campus universitario estatal, en el 2014, en uno de los departamentos de la Facultad de Filosofía, coincidimos con Wendy Aguilar y Diana Quinde, dos productoras y gestoras culturales.  Nos encontrábamos en ese lugar en varias sesiones para armar o más bien cavilar proyectos de investigación en torno al cine y audiovisual. Una idea inquietante pero bastante compleja planteaban ellas: recolectar y digitalizar (todo) el material audiovisual de Cuenca en un archivo físico y digital. Empresa ambiciosa y sobre todo costosa tanto por el recurso humano que demanda como por el equipo tecnológico que requiere. Trabas procedimentales, administrativas y económicas dejaron nuevamente flotando aquella idea de una Cinemateca local.


III. Bases

El año pasado, tras mi retorno a esta ciudad, despertó otra vez la idea de cimentar nuestra Cinemateca local. Después de algunas conversaciones y llamadas telefónicas constaté y decidí que en lugar de esperar la voluntad de ciertos entes y agentes, administración pública en general, había que cimentar la idea con hechos, a paso lento pero firme.

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En el momento en el que escribo estas líneas, creo sólidamente que ya no estamos en épocas de entidades físicas, menos aún descomunales, para el cine y audiovisual. Estas son necesarias, sin duda alguna, pero en la actualidad, en la era de internet, es posible fundar una cinemateca local en, al menos en una primera instancia, en una plataforma virtual. Del viejo fichero, cual tótem emplazado en el subsuelo del Museo Pumapungo, pasamos a la búsqueda en línea. Del pequeño cubículo con televisor y VHS indispensables en aquella época para el gozo del visionado, pasamos al computador, al proyector, a las plataformas digitales, en definitiva a la multiplicación de pantallas. Desde esta perspectiva, es factible entonces poner las bases de la Cinemateca de Cuenca en los actuales momentos.

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Ahora bien, pensar en una Cinemateca en una ciudad pequeña donde apenas se han producido unos poquísimos largometrajes puede parecer una quimera. Y esta ilusión se torna inmensa porque el celuloide ha sido el médium poco utilizado en nuestra comarca y ahora mismo es casi inexistente, justamente por el paso a lo digital. Cuenca ha cultivado y cultiva mejor el cortometraje en diferentes soportes y formatos. De hecho, la práctica del corto permite introducir, en tanto ejercicio primario, posibles temas y técnicas incluso estéticas y trayectos de futuros trabajos y del potencial largo. Cuenca, al igual que otras ciudades del mundo, ha producido una cantidad nada despreciable de obras artísticas audiovisuales; me refiero al video creación en su extenso sentido de la palabra (videoarte, video experimental, etc.).

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Desde este punto de vista, si bien el término filmoteca parecería un tanto más acertado porque varios filmes formarán prioritariamente parte de nuestra empresa; no obstante, preferimos designarla Cinemateca porque haremos énfasis en un primer momento exclusivamente en la ficción y el documental. Con ello se deja pendiente aquellos valiosos trabajos para atenderlos en una etapa ulterior. Además, si pensamos en una Cinemateca constituida con obras de ficción y documental es porque creemos que sigue representando al cine en su mejor acepción y especificidad. Y en ese sentido, será imprescindible sumar criterios de selección en la construcción de nuestra Cinemateca, criterios indispensables a nivel técnico y estético.


IV. Fases y procedimientos

Más lúcido y concreto, por lo tanto menos aparatoso, es nuestro proyecto. En específico, vemos claramente tres fases con la cuales sentaremos los pilares y la ejecución de la Cinemateca de Cuenca, éstas son: la periodización, la catalogación y la digitalización.

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Un primer momento consiste entonces en disponer las bases de la Cinemateca de Cuenca tanto desde una perspectiva investigativa e histórica como también en la definición de mecanismos de funcionamiento.

Hemos anotado más arriba que la Cinemateca será una institución que se erigirá inicial y principalmente en una plataforma virtual. En esta fase recogeremos algunos antecedentes a modo de testimonio sobre las dos ideas seminales. Se trata de dos textos, de Eduardo Ulloa y de Wendy Aguilar, en donde se hace un recuento de esta primera travesía y unos cuantos avances sobre el tema que nos compete.

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Los aspectos procedimentales determinantes son el periodo de estudio y el corte temporal que contienen una mirada histórica. En efecto, un primer periodo de estudio bastante amplio comprende desde la llegada del cine a Cuenca (1920?) hasta el 2000. Esta última fecha en su aspecto simbólico y figurado representa, por un lado, la vuelta de siglo y, por otro lado, el cambio de lo analógico a lo digital. Luego de este primer corte se efectuará la indagación de un segundo periodo (2000-2020). En cierta medida, este segundo periodo que será tratado posteriormente es a nuestro parecer menos dificultoso, justamente por la llegada de la tecnología digital y por encontrarse activos algunos productores directos. Además, inferimos que este material reciente reside mayoritariamente en soporte digital por lo que su rastreo y catalogación será menos ardua que el primer periodo (1920?-2000).


Catalogación. La segunda fase se centra en la catalogación del material disponible y existente. No se trata de hacer un inmediato análisis exhaustivo y detallado de todo lo que se ha hecho, sino que se recolectará de forma progresiva el material que está al alcance de manera directa. Para ello será necesario la colaboración activa y desinteresada de todas las personas involucradas en el quehacer cinematográfico y audiovisual.


Esta primera recolección y catalogación permitirá advertir de forma panorámica y cronológica lo siguiente: qué tipo de material existe (corto, largo; ficción, documental), quiénes son los productores directos (cineastas, videastas, productores) y en qué soporte fue producido o se encuentra (Betamax, VHS, 8mm., etc.). Con los datos obtenidos se procederá a elaborar una base de información, un catálogo accesible (sitio web, documento impreso, pdf) para consultas e investigaciones de distinta índole.


Digitalización. Con el material audiovisual recuperado, y con la ayuda de entidades estatales y privadas tanto en esta fase como en las dos primeras, se proyecta la digitalización del patrimonio fílmico reunido. Sabemos que la Cinemateca Ecuatoriana manejada por la Casa de la Cultura Benjamín Carrión ha realizado ya un importante trabajo de digitalización con dispositivos apropiados. Será por lo tanto una cuestión de comunicación y un trabajo mancomunado para evitar repetir esfuerzos realizados con fondos públicos. Progresivamente, la disposición del material audiovisual digitalizado podrá ser albergado ya sea en las plataformas existentes (vimeo, youtube) o, en mejor de los casos, en una plataforma creada para el efecto. Todos estos importantes detalles se resolverán en el transcurso del desarrollo del proyecto.


V. Coda

Por último, algunas acotaciones pertinentes. Es importante señalar que nuestra Cinemateca se construirá con la ayuda de todos (cineastas, productores, entidades estatales y privadas). No es por tanto un programa de una persona para sí misma, sino que está destinado a la memoria y futuro de la ciudad. Es así que Eduardo Ulloa y Wendy Aguilar se sumaron con convicción al proyecto. Por otra parte, vale indicar que esta actividad se enmarca y ejecuta desde del Centro de Investigación y Experimentación en Artes Audiovisuales (CINEXAA), un espacio de reflexión y producción artística. En otras palabras, se trata de la concreción de una idea convertida en un anhelo colectivo. Por esta razón, se abre una invitación a todos los interesados en adherirse a este proyecto. Más precisamente, se recoge la idea para encauzarla en un proyecto factible a mediano plazo pero, eso sí, de forma prudente y a la vez categórica. Empecemos entonces por el principio.


Geovanny Narváez

Cuenca, 10 de julio de 2020.

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Foto: fuente propia. Archivador de la antigua Videoteca del Museo Pumapungo. Agradecimiento al Museo Pumapungo, a las autoridades al personal, por permitirme el acceso y registro fotográfico en el marco de esta investigación.  

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